Resumen:
Una gran parte de los fenómenos que se observan en el mundo responden a un comportamiento cíclico, ejemplos como el ciclo del agua, las estaciones del año, las épocas de lluvia, etc. dan una idea de que en forma recursiva alguna fase del ciclo se repite y es factible de pronosticar.
La economía de los países capitalistas, por ejemplo, presenta un comportamiento cíclico, el cual no sigue un patrón definido en cuanto a su duración y su intensidad, pero en general presenta las siguientes fases: auge, recesión, crisis, y recuperación; que se reconocen a través de la medición de su índice de crecimiento, PIB o PNB. Al reconocer las variables que influyen sobre este índice y entender su naturaleza así como su grado de influencia, es posible entender el ciclo y probablemente predecirlo para consecuentemente alterarlo.
Por lo anterior, el estudio del ciclo económico resulta indispensable para conocer las relaciones de las variables macroeconómicas con respecto al PIB y así aportar elementos para incidir en un cambio favorable de las políticas económicas.