Resumen:
En el presente trabajo se analiza y se propone cómo se puede construir una cultura de paz y cómo a través de ésta se puede gozar de una calidad de vida. Las reflexiones que se desprenden del planteamiento inicial proponen que el respeto, la responsabilidad y el cuidado son elementos fundamentales para procurar una vida digna. En este entendido se considera que las instituciones sociales no son los únicos actores que se ocupan de mantener el bienestar de los seres humanos como si estos últimos fuesen autómatas o como si las instituciones fueran una máquina dispensadora de justicia. Por el contrario, este análisis es un llamado a la ciudadanía para que participe por medio de sus acciones en la vida cotidiana para construir un ambiente de paz, digno para todos los seres vivos. En esta investigación se hace una relfexión sobre enfoque de las capacidades que Martha Nussbaum plantea a partir de la propuesta de Amartya Sen. Se profundiza en las capacidades centrales que Nussbaum expone, especialmente en la capacidad de afiliación, la cual, se relaciona con el cuidado, la responsabilidad y la libertad de agencia como claves para desarrollar una ciudadanía activa. Una ciudadanía que procura vivir bajo una cultura de paz es una ciudadanía que busca vivir con calidad de vida. La calidad de vida se visualiza como la posibilidad que comprende la capacidad de tomar la iniciativa como ciudadano y hacer una negación crítico-práctica de lo establecido. La sugerencia para contribuir en la construcción de la paz, desde el contexto individual de las personas, gira en torno a la inteligencia emocional a partir del cuidado. Hablar de cultura de paz y de calidad de vida es hablar de justicia, en este trabajo es una condición primordial directamente relacionada con la responsabilidad y el compromiso de vivir juntos. La justicia, como se sostiene en esta investigación, es un modo de ser humano que al ser practicado en la vida diaria promueve una vida con dignidad. Por esta razón, es responsabilidad de cada ser humano convivir de manera saludable con el entorno natural y social. Lo anterior se encuentra estrechamente vinculado con los objetivos de la educación para la paz, que consiste en crear una sociedad atenta a su contexto, con apertura hacia los valores y las actitudes que conduzcan hacia la justicia, libertad, cooperación, solidaridad, actitud crítica y compromiso. La calidad de vida se forja con actitudes de amor, respeto y cuidado, las cuales, son componentes fundamentales para vivir bajo una cultura de paz.