Resumen:
Comenzaré esta crónica refiriéndome a la educación como un bien público, que no es comparable con una mercancía o su equivalente. Que si bien, no resuelve todos los problemas, sin ella no se resuelven las problemáticas importantes.
La institución a la que me referiré en esta crónica, nació como Instituto Literario del Estado de México en 1828 y se convirtió en Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) en el año de 1956. Misma que, como universidad pública mexicana se ha distinguido, por sus programas educativos de calidad y por su patrimonio cultural, tangible e intangible1 que posee. Como parte de ese patrimonio, esta crónica destaca a la Autonomía que, aun siendo Instituto Científico y Literario fue adquirida en el año de 1944.