Resumen:
Las líneas del presente trabajo de investigación, tienen como empeño principal penetrar en las entrañas de la filosofía atomista, fundada por Leucipo y seguida por Demócrito respectivamente, como un saber orientado a la explicación del acontecer temporal de la vida y su experiencia. Para cumplir dicho objetivo, se ha iniciado por describir la labor de los primeros filósofos de la naturaleza, o los que la tradición histórica denomina filósofos “presocráticos”, partiendo del concepto de “physis” y “arkhé” como auténtico soporte conceptual de esta nueva mirada teórica, hasta llegar a la filosofía del átomo como fruto maduro de la “ciencia de la physis”.
El atomismo es una filosofía heredera de la tradición de los primeros “físicos” griegos, a saber, de una “nueva ciencia” que tiene por objeto el desvelar los misterios del cosmos, para de este modo, anestesiar las angustias e inquietudes que aprisionan la existencia de los hombres. Siguiendo esta línea de investigación sobre la naturaleza, “algo” debe ser el pilar que sostenga la verdad del cosmos, esa es la partícula “átomo”, es decir, corpúsculo primero de materia que cumple la condición de ser “physis” de todo lo que hay, al ser a un mismo tiempo, principio “material” e “inteligible” del mundo sensible.
Los átomos son “entes” vistos con el ojo de la razón, pues la percepción no nos puede dar evidencia alguna de su veracidad, esto los convierte en principios “inteligibles”, aprehendidos sólo con la operación del intelecto. Y es necesario que así sea, ya que deben estar fuera de la interpretación siempre subjetiva del que investiga, por consiguiente, los cuerpos primeros de materia “á-toma”, no son cosa, sino “razón de ser de las cosas”, así, se afianzan como “physis” primordial del devenir de la experiencia. En la filosofía de la naturaleza o “ciencia de la physis”, como lo es el atomismo, no hay una separación tajante entre lo “sensible” y lo “inteligible”. Al proponer un elemento material, eterno e indestructible como los átomos, se está haciendo cohabitar lo “abstracto” y lo “concreto” en una única “realidad”.