Resumen:
En 1833, en Francia, surge la Sociedad de San Vicente de Paul. La iniciativa de su fundación partió de un grupo de jóvenes universitarios que pertenecían a sectores medios y altos de la sociedad parisina, educados en la tradición ilustrada. Años después llegaron a México en 1844 durante una época en que el país mexicano sufrió una transformación tras los problemas entre la Iglesia y el Estado quienes buscaron la obtención del poder.
La Sociedad de San Vicente de Paul no tuvo los mismos objetivos que en Francia, pero fue tomada como referente para su formación, se hizo pasar como una organización laica e independiente que se adaptó a las necesidades de la población mexicana. La primera conferencia de la Sociedad de San Vicente de Paul se estableció en la capital del país, de ahí se expandieron sus redes locales llamadas conferencias por toda la República Mexicana. Los miembros de estas asociaciones se ocuparon de la caridad, beneficencia, asistencia a los pobres y la educación.
Por tanto, en 1862 en el municipio de Zinacantepec, se estableció una conferencia, por miembros jóvenes de clase media y alta quienes retomaron a la virgen de los Dolores del Rayo para nombrarla, cuya finalidad fue atraer mayores adeptos a su asociación. La finalidad de los integrantes de la organización en Zinacantepec fue la realización de donativos para las familias pobres, además de ayudarlos para comprar mantas, alimentos, medicinas o en su educación.