Resumen:
La ciudad contemporánea vive un complejo proceso de transformación, donde las relaciones sociales y la vitalidad urbana son cada vez más escasas y fragmentadas; nuestros vecinos se vuelven desconocidos y los espacios públicos urbanos, simples lugares de transición. Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s), la Sociedad basada en el Conocimiento y en la Información, así como la ciudad, se están interrelacionando para crear nuevos enfoques y alternativas en la dinámica urbana. Los espacios públicos tecnoligizados son una manifestación de esta reconfiguración, indicando que la ciudad tradicional está siendo restructurada a partir de la inclusión de las innovaciones técnicas y tecnológicas, que han acaparado todos los campos de conocimiento, y se han comercializado.
Descripción:
La ciudad y sus espacios públicos han sido históricamente los lugares donde las relaciones sociales se manifiestan libremente y donde nuestra identidad como ciudadanos se conforma. Según Borja y Muxi (2000: 8) la historia de la ciudad es la de su espacio público; por consiguiente, comprendemos que es imperante estudiar y analizar las nuevas configuraciones que se están gestando en el territorio, así como las transformaciones que están ocurriendo en la idea y connotación de lo que es ciudad y hacer ciudad, entorno a sus espacios. Por definición el concepto de ciudad es multifuncional, concentra la diversidad y por ende está en permanente construcción y reconstrucción; es decir, es un “producto social’ en un continuo proceso de cambio que tiene historia (Carrión, 2001: 7), resultado de las acciones que ha realizado por mucho tiempo la sociedad humana, convirtiéndose en un elemento articulador entre el espacio, las relaciones e intercambios sociales que se han dado desde inicios de la civilización. Si y solo sí, la idea de ciudad ha tomado un papel fundamental en el desarrollo socioeconómico de cualquier nación, al ser impulsoras clave de la innovación, del progreso social, de la cultura y del conocimiento, donde su atractivo se deriva de su capacidad de ofrecer servicios básicos y de garantizar una mejor calidad de vida (Achaerandio, et al., 2011: 5).