Resumen:
La variedad de conductas que pueden ser observadas en los vertebrados es amplia y se
puede dividir en aquellas conductas expresadas de manera individual y las conductas
características a un grupo. En relación con las diferencias individuales en la conducta,
se ha determinado que estas son consistentes a lo largo del tiempo y de distintos
contextos y de manera particular se les ha denominado estrategias conductuales. Por
otro lado, dentro de las expresiones conductuales características a un grupo de
individuos, los ectotermos se caracterizan por presentar un conjunto de conductas que
les permiten alcanzar una temperatura óptima para realizar sus actividades cotidianas.
Esta conducta de termorregulación ha llamado recientemente la atención de los
investigadores debido a los efectos que el incremento en la temperatura ambiental,
consecuencia del cambio climático global, puede tener sobre los organismos
ectotermos. El éxito de un individuo en un ambiente determinado puede estar asociado
al tipo de conducta que exprese así como su habilidad de modificarla y ajustarla a las
condiciones prevalentes al momento; la capacidad de un individuo de modificar su
conducta parece estar relacionada con varios mecanismos neurológicos y fisiológicos
que la modulan. Por lo anterior, el objetivo principal del presente estudio fue evaluar las
estrategias conductuales entre hembras y machos, la conducta de termorregulación de
machos bajo distintos escenarios térmicos e investigar sobre los posibles mecanismos
neurofisiológicos que subyacen la expresión de dichas conductas. Para ello, se estudió a
la lagartija endémica a México Sceloporus aeneus, cuyas diferencias conductuales entre
sexos, así como su conducta de termorregulación, han sido escasamente estudiadas.
En el capítulo I se abordan aspectos generales acerca de las diferencias individuales en
la conducta, las características de los tipos de estrategias conductuales y de la conducta
de termorregulación. Asimismo, se ofrece un panorama general de los posibles efectos
que tienen la testosterona, serotonina, dopamina y el tamaño del cerebro sobre la
conducta de los organismos. En el capítulo II se detalla como la temporada de
reproducción puede ser un factor que promueve las diferencias conductuales entre
hembras y machos de la especie en estudio. Se evaluaron los niveles de intrepidez,
actividad y agresividad entre sexos así como su consistencia. Los resultados indican que
los machos son más intrépidos y activos que las hembras; sin embargo, los niveles de
agresividad son similares. Lo anterior puede sugerir que los machos pueden incurrir en un mayor tasa de depredación a cambio de un mayor éxito reproductivo mientras que
las hembras parecen actuar con más cautela, pero con altos niveles de agresividad ante
otras hembras, para competir por recursos necesarios durante la temporada de
reproducción.
Si bien existen distintos estudios que indican la importancia que representa una
conducta de termorregulación flexible como mecanismo que permita amortiguar los
efectos del calentamiento global en organismos ectotermos, son escasos los estudios que
han observado este mecanismo de forma empírica y bajo condiciones controladas. Esta
problemática es abordada en el capítulo III, donde se evaluó la conducta de
termorregulación en machos de S. aeneus. Se reporta que la conducta de
termorregulación es flexible, caracterizada por una variación en las frecuencias de
posturas corporales, la selección de microhábitats térmicos y los cambios en la
exposición entre calor y frío dependen de la temperatura ambiental en la cual se
encuentran los individuos. De igual forma, se observó que, a pesar de ser expuestos a
altas temperaturas, el umbral de la temperatura crítica máxima no fue rebasado por los
individuos, por lo que la conducta de termorregulación favorece la supervivencia de la
especie ante un escenario de temperaturas ambientales hostiles. Por otra parte, en el
capítulo IV se realizó una revisión bibliográfica acerca de las implicaciones que
representa a la conducta en distintos vertebrados, la actividad del sistema HPG, del
sistema dopaminérgico y serotonérgico, así como el tamaño del cerebro en relación al
tamaño de los individuos. La literatura sugiere que la actividad de la serotonina y la
testosterona pueden ser los principales factores que modulan la conducta agresiva,
mientras que la actividad de la dopamina esta involucrada en regular la conducta de
recompensa. En conjunto, el sistema dopaminérgico y serotonérgico pueden estar
actuando sobre el área pre-óptica del hipotálamo permitiendo una mayor sensibilidad
del ambiente térmico y a su vez modificando la conducta de termorregulación.
Asimismo, se plantea que los individuos con cerebros más grandes pueden estar
asociados con el fenotipo reactivo al presentar una mayor flexibilidad conductual; sin
embargo, la literatura disponible no es concluyente por lo que es necesario llevar acabo
estudios que puedan ayudar a esclarecer esta relación. Finalmente, en el capítulo V los
resultados derivados del presente estudio son integrados y se discuten a la luz de la
literatura más reciente.