Resumen:
Las variables estudiadas del presente trabajo de investigación son: Índice de masa corporal (IMC) de los escolares, hábitos alimenticios según la selección, consumo y preparación, y sobre la actividad física.
Los hábitos de alimentación son el conjunto de conductas adquiridas por la repetición de actos en cuanto a la selección, la preparación y el consumo de alimentos. Si las conductas adquiridas son erróneas generan problemas para la salud entre ellas están los trastornos de nutrición como el sobrepeso, obesidad y desnutrición, para que el profesional de enfermería pueda detectarlos es necesario obtener el Índice de masa corporal (IMC) el cual es el criterio diagnóstico que se obtiene dividiendo el peso en kilogramos entre la talla en metros, elevada al cuadrado, esta fórmula fue ideada por el estadístico Adolphe Quetelet.
Una vez detectados los hábitos de la población estudiada el profesional de Enfermería interviene brindando orientación alimentaria esta es el conjunto de acciones que proporcionan información básica, científicamente validada y sistematizada, tendiente a desarrollar habilidades, actitudes y prácticas relacionadas con los alimentos y la alimentación para favorecer la adopción de una dieta correcta en el ámbito individual, familiar o colectivo, tomando en cuenta las condiciones económicas, geográficas, culturales y sociales.
Uno de los grandes problemas por los que atraviesa la población mexicana son los malos hábitos alimenticios esto se debe a que el país se encuentra en un proceso de desarrollo y de cambios socioculturales, los habitantes han optado por estilos de vida poco saludables lo cual ha derivado a que las personas padezcan sobrepeso, obesidad y/o desnutrición.
Descripción:
La alimentación representa una necesidad biología primaria para el ser humano, esta es un acto consciente y voluntario por lo tanto es susceptible de educación (Hurtado, 2013, s/p).
El ser humano posee una gran capacidad de adaptación fisiológica a diversos tipos de alimentación. A pesar de ello, la ciencia de la nutrición muestra que existen alimentos que no se puede prescindir, como son las frutas, verduras y las hortalizas frescas es por ello que se debe crear una dieta rica en nutrientes necesarios para el organismo (Pamplona, 2006, p. 20).
La infancia es la etapa perfecta para la transmisión de hábitos alimenticios saludables ya que un niño bien alimentado y nutrido puede conseguir un estado nutritivo óptimo, mantener un ritmo de crecimiento adecuado y tener una progresiva madurez biopsicosocial, establecer recomendaciones dietéticas que permitan prevenir enfermedades de origen nutricional que se manifiestan en la edad adulta pero que inician durante la infancia. Es durante esta etapa cuando se adquieren los hábitos alimenticios que tendrán durante toda su vida (Macías, Gordillo y Camacho, 2012, p. 42).
Por lo que se debe enseñar a los padres de familia sobre lo que algunos alimentos pueden proporcionar. Por ejemplo: lograr un equilibrio energético y un peso normal, limitar la ingesta energética procedente de las grasas, sustituir las grasas saturadas por grasas insaturadas y tratar de eliminar los ácidos grasos trans, aumentar el consumo de frutas y hortalizas, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos, limitar la ingesta de azúcares libres, limitar la ingesta de sal (sodio) de toda procedencia y consumir sal yodada (OMS, 2014, p. 5).