Resumen:
Desde el inicio de su gestión, el gobierno federal de México (2018-2024) anunció el cambio en la ubicación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El anterior proyecto se situaba en un antiguo vaso lacustre en el municipio de Texcoco; mientras que el proyecto de la actual administración federal se cambió hacia el municipio de Zumpango. Ambos municipios pertenecen al Estado de México, la entidad con mayor población del país y con una problemática de gestión urbana compleja, dado que su territorio da cabida a dos zonas metropolitanas intraestatales y una interestatal. Para los gobiernos locales en los municipios circundantes al nuevo proyecto aeroportuario se ha convertido en un gran reto de planeación territorial y de gestión urbana. En principio deberán reorientar sus estrategias y líneas de acción en materia de usos del suelo, tipos y calidades de infraestructura local y regional, equipamientos, recursos naturales, movilidad urbana y servicios urbanos. Los retos son grandes y tendrán que ser abordados haciendo uso nuevas formas de relaciones intergubernamentales, así como esquemas innovadores de participación ciudadana.
Descripción:
La coyuntura del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, Estado de México obliga a reflexionar respecto a las formas de gestión urbana predominantes en nuestro país; al tiempo de pensar en la posibilidad de implementar nuevos estilos y modos de atender la problemática de las ciudades y las metrópolis. La decisión del gobierno federal se da en un marco de facultades exclusivas entre los tres órdenes de gobierno, de ahí que las intervenciones de cada ámbito gubernamental deberán coordinarse para alcanzar el objetivo de contar con una gran infraestructura de carácter internacional y, al mismo tiempo, potenciar el desarrollo de los territorios municipales adyacentes. Evidentemente la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Santa Lucía “General Felipe Ángeles” traerá consigo transformaciones territoriales que, con toda probabilidad generarán desajustes en la estructura urbana de los municipios de Tecámac y Zumpango o ampliarán las ya existentes. Sin intervención alguna, la gran infraestructura contribuiría a mantener el patrón de ocupación del suelo difuso prevaleciente; por ello es imperativo actuar.