Resumen:
Un Buen Gobierno o un Gobierno Justo no solo debe estar preparado y capacitado para resolver y satisfacer necesidades básicas de la ciudadanía para la subsistencia, sino pensar en formar ciudadanos con altas cualidades, seres pensantes, cultos, críticos, solidarios, libres, justos, prudentes, tolerantes, amables, responsables, comprometidos, con sentido de pertenencia, amor por su cultura y su país.
Una educación verdadera se acompaña de la disciplina ética pues esta muestra las virtudes y vicios del ser humano. Ética y educación se acompañan en su propósito de formar en todo individuo una conducta íntegra, con conciencia y respeto sobre su entorno, con valores que le acompañen en su actuar cotidiano como miembro de una comunidad política.
La “madurez ciudadana” proporciona la posibilidad de ser un protagonista político importante. Se entiende por madurez ciudadana el que todo ciudadano, más allá de ser miembro de la comunidad política, mantenga una participación activa que gire en torno a los intereses de la misma. Esta idea la sintetiza Aristóteles al decir: “el hombre es un animal político”. Por lo anterior, este trabajo analiza la trascendencia de la educación vinculada a la ética, transmitidas ambas conforme a los criterios de la pedagogía, para lograr una adecuada formación ciudadana. Una sociedad con ciudadanos bien formados, con mayor conciencia y pensamiento crítico, puede contribuir a la resolución de sus problemas.