Resumen:
El documento hace evidente que las comisiones de la verdad, sean oficiales o no, prácticamente actúan de la misma manera. Se busca obtener testimonios de personas que han sido víctimas directas o indirectas de la violencia, se hace una búsqueda exhaustiva de documentos, demandas, archivos, bitácoras, grabaciones… con el fin de reconstruir el contexto, la historia, los hechos que han quedado en el silencio e impunes. Una vez que se tiene la información, se elaboran reportes cuyo objetivo es presentar la verdad de los hechos -una verdad que habrá de convertirse en oficial-. Los textos elaborados por las comisiones oficiales son entregados a instancias gubernamentales para que se hagan públicos, se presenten ante la sociedad y la verdad sea de dominio público. Las comisiones no oficiales llevan el mismo procedimiento, la diferencia es que los reportes no son presentados ante instancias gubernamentales sino ante la sociedad civil. En el momento en que el reporte se entrega, las comisiones de la verdad resultado de acuerdos de paz o de solicitudes de gobiernos en transición dejan de funcionar. Es decir, la labor de las comisiones llega hasta la entrega del reporte. No hay ninguna comisión que tenga manera de saber u obligar al gobierno en turno a actuar para que las recomendaciones se cumplan.