Resumen:
La desigualdad reinante entre géneros despierta la inquietud por conocer desde
dónde se origina. Es un problema causante de conflictos que generan
resentimientos, rencor y luchas de poder. Es importante abordar este tema desde
la perspectiva de la ética. Preguntar si existe la posibilidad de igualdad conservando
y respetando las diferencias. ¿Cómo actúan las mujeres? ¿Cómo resuelven ciertos
problemas? ¿Qué motivos mueven sus actos? Cuando se mira la raíz de ciertas
decisiones, se halla que están motivadas por determinados conceptos obsoletos e
ideas contradictorias. Es necesario revisar las ideas que guían su conducta basada
en el conocimiento adquirido o insertado en la infancia, reproducido casi
intactamente desde hace siglos. Algo muy importante es observar la discrepancia
existente entre la enseñanza que reciben los niños, y la que reciben las niñas. La
cuna donde nace esta reflexión es el contexto sociocultural mexicano, donde la
mayoría de las mujeres repiten el mismo patrón. El presente trabajo es una
investigación documental. Se combina el método deductivo e inductivo. El primero
a partir de conclusiones generales obtenidas de otras investigaciones. Mediante la
inducción se parte de situaciones locales y se generaliza cuando es posible. Las
encuestas muestran con números que las mujeres están participando activamente
en el entramado público de la sociedad, sin embargo las cuestiones de fondo, las
que se alojan en la ética de cada individuo, son las que requieren ser modificadas
para obtener un crecimiento integral, de calidad humana. En México actualmente
existe la libertad suficiente para que las mujeres elijan el modo de vida que deseen.
El presente trabajo promueve una crítica a las estructuras de pensamiento que
mueven las acciones. Analizar la posibilidad de traspasar la desigualdad que existe
entre hombres y mujeres al resaltar el hecho de que ambos son seres humanos.
Cuando se reconoce la condición humana en hombres y mujeres se advierte que
son iguales en este aspecto y se elimina la subordinación en que se ha colocado
socialmente a la mujer. ¿Qué son las personas realmente capaces de ser y hacer?
Cuando alguien conoce sus habilidades y los alcances de éstas; cuando es capaz
de usarlas de modo que obtenga el mejor resultado posible de acuerdo a sus
capacidades y puede responder por sus resultados, entonces se puede decir que
es autónomo, que es adulto. Éste es el grado que la mujer debe alcanzar para
regirse como un ser que puede conducirse, regularse y hacer lo necesario para
dirigirse al objetivo que por sí misma ha elegido.