Resumen:
La autora reúne imágenes de su paisaje interior y habla con sencillez, con las palabras precisas, en forma concreta, sin imponer voces que no ensamblan en el discurso poético. Dice las cosas que siente; siente las cosas que dice. Condensa las luminarias del afecto. Defiende, con vigor, su ámbito familiar; enaltece las singulares virtudes del ser humano; extiende su actitud y de la profundidad de su alma saca el aliento poético para mitigar la zozobra del día y la angustiosa soledad de la noche.