Resumen:
El exceso de tejido adiposo se considera una de las principales causas de las enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Inicialmente se consideró al tejido adiposo como el almacén de los lípidos y energía del organismo. Posteriormente se descubrió que el tejido adiposo presentaba otras funciones como la endocrina, controlando diferentes procesos metabólicos e inmunes. Actualmente, se reconocen diferentes tipos de tejido adiposo. El adipocito blanco se considera la principal reserva energética, por el contrario el adipocito marrón o pardo, se encarga de la oxidación de los lípidos para la termogénesis. El adipocito beige se origina del adipocito blanco, por un proceso conocido como “pardeamiento”, que conduce a la lipólisis y termogénesis. A los 3 tipos anteriores, se han sumado últimamente el adipocito azul, que tiene un papel en la homeostasis de retinoides a nivel hepático y el adipocito rosa que participa en la lactogénesis y está presente en la glándula mamaria de animales y se desconoce aún su papel en humanos. La Irisina hormona recientemente identificada, es secretada por el músculo esquelético y promueve el pardeamiento del tejido adiposo blanco a beige, favoreciendo así la termogénesis. Otro aspecto interesante de esta hormona es que representa una conexión entre la actividad muscular y la lipólisis. Lo anterior sugiere que la Irisina puede ser la clave en la prevención y tratamiento de la obesidad y diabetes mellitus.