Resumen:
El objetivo principal de este texto es defender tres ideas interrelacionadas: el fortalecimiento de la democracia exige la expansión de una conceptualización rigurosa (clara y coherente) sobre esta forma de gobierno; el reconocimiento cognitivo y valorativo de que, en los 20 últimos años, los mexicanos hemos protagonizado la experiencia más prolongada y plena de democracia de nuestra historia; y que la calidad de la democracia es un concepto adecuado para diagnosticar y enfrentar algunos de los problemas más graves del México democrático. El más dramático de estos problemas es, quizá, el de la debilidad del estado de derecho. Sin embargo, este texto destaca otro que, si bien es menos grave, también ha debilitado a la democracia mexicana desde sus orígenes, y lo sigue haciendo. Me refiero a la gran difusión de la desconfianza injustificada respecto a las elecciones, de la cual se hace eco un segmento importante de los ciudadanos mexicanos, que con frecuencia ha llegado a ser mayoría. Esta desconfianza injustificada reviste una gravedad extrema, pues se traduce en que las elecciones dejan de tener en buena medida la función legitimadora que tienen en la democracia, con el consiguiente debilitamiento de esta.