Resumen:
En los primeros años de la década de los noventa, el enfoque económico convencional empieza a configurar un doble consenso en torno a la macroeconomía, que daría origen al enfoque conocido como la Nueva Macroeconomía o Nuevo Consenso Monetarista (NCM). El primer consenso sostiene que una inflación baja y estable es la mejor aportación que puede hacer la política monetaria al crecimiento económico. Según dicho enfoque, una inflación baja es la condición necesaria y suficiente para crear las condiciones para el crecimiento estable y sostenible en el largo plazo, pues permite a los agentes económicos tomar sus decisiones en un contexto de menor incertidumbre. El segundo consenso se refiere a la estrategia económica para alcanzar dicho objetivo, la cual consiste en el esquema de metas de inflación (MIO), pero la efectividad o éxito de esta estrategia depende en gran medida, por una parte, de la consolidación fiscal y, por la otra, de la autonomía del Banco Central.