Resumen:
El uso de la fuerza es inherente a la soberanía de los Estados, pero no es un recurso irrestricto y debe constreñirse a los parámetros constitucionales e internacionales propios de un Estado de Derecho para constituirse en uso legítimo de la fuerza. En su fuero interno, los Estados deben garantizar el orden público a través de la operación de sus cuerpos de seguridad, según corresponda a su modelo de gobierno. Asimismo, allende sus fronteras, los Estados participan de la seguridad mundial mediante los esquemas institucionales derivados de su membresía a organizaciones internacionales, tanto universales como regionales