Resumen:
El Maestro Leopoldo Flores está sólo en el café Les Deux Magots, en París, algo raro, porque regularmente el lugar está lleno de gente ansiosa por conseguir el primer sorbo de café, además es martes y a las 9:15 horas, cuando el servicio es aún más solicitado. Al momento de servirle el café, el joven que atiende la mesa, vestido impecablemente de negro, con chaleco, moño y zapatos bien lustrados, le dice en tono familiar: “ahora lo dejaron solo maestro”, y se retira.