Resumen:
En el curso de la Historia, el concepto de liderazgo ha sido incorporado en el ámbito de diversas actividades profesionales; pero es en los últimos veinte años que ha trascendido el interés y el estudio formal del mismo. Es así que ha sido necesario plantear metodologías educativas que permitan a los estudiantes de nivel profesional adquirir competencias de liderazgo que impacten en el ámbito de su desempeño profesional: a nivel personal y organizacional. Diversas instituciones educativas alrededor del mundo han incluido en los planes y programas de estudio, una educación formal en liderazgo, que se ha contextualizado de acuerdo con las disciplinas científicas, sociales y culturales que imparten. En el ámbito de la medicina, existen diversas instituciones educativas de países como: Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Australia que han probado con éxito la inclusión de programas de liderazgo que surgen como una herramienta ante la necesidad de hacer sostenibles los sistemas de salud. En ellos se ha concretado la sinergia necesaria entre el sistema de salud y el educativo que permitirá el desarrollo de mejores prácticas tanto formativas como profesionales que impacten de forma directa en una mejor atención en la salud de la población. El escenario en el que los graduados de hoy practicarán la medicina cambia rápidamente exigiendo mejor trabajo en equipo y comunicación, los centros de formación de recursos humanos en salud deben cumplir el compromiso de desarrollar líderes que puedan gestionar los cambios e innovar en las prácticas sanitarias.