Resumen:
La tesis central que desarrolla este artículo es que la violencia sexual es una posibilidad fundada en las condiciones —históricas— constitutivas del cuerpo femenino, esto es, que la violencia sexual en contra de las mujeres es posible por la «disponibilidad» de sus cuerpos. La disponibilidad de los cuerpos como condición de la violación sexual se instaura en tres momentos o fases principales: 1) la determinación histórico-espiritual de la identidad subjetiva femenina como fundada en la materialidad de su cuerpo —en sus especificidad o diferencia reproductiva—; 2) la configuración socialmente ambigua de la diferencia del «yo-puedo femenino» de la reproducción y la sensualidad; y 3) el abuso sexual reafirma la disponibilidad histórico-constitutiva del género de modo tal, que la violación sexúa al género como vulnerable, instituye o añade un significado envolvente de lo femenino como vulnerable. Ser un cuerpo-otro es ser, originariamente, un cuerpo disponible, violable, en esencia, sexualmente vulnerable.