Resumen:
La herbolaria y la medicina tradicional en México son actividades persistentes en la población, las cuales se abordan desde perspectivas diversas, aunque existen pocos reportes que mencionen su sustentabilidad. El objetivo del estudio fue identificar y documentar el conocimiento y prácticas sustentables realizadas por los recolectores, productores y consumidores de plantas medicinales del oriente del estado de México. La hipótesis fue que el conocimiento transmitido intergeneracionalmente ha llevado a una práctica sustentable de la herbolaria. El método etnobotánico se utilizó para determinar la sustentabilidad del sistema. Entrevistas semiestructuradas se realizaron a actores claves que fueron adultos mayores, recolectores y productores de plantas medicinales. En la herbolaria local se identificaron 61 especies de plantas utilizadas, de las cuales 35 se recolectan o cultivan para su venta en el tianguis de Ozumba, estado de México. Los adultos mayores usan las plantas locales y refirieron otras 26 especies diferentes, de las cuales cinco las adquieren en comercios naturistas, de las restantes (21), su utilidad principal no es la medicinal: seis son de ornato, 13 se usan en la cocina y dos se consideran perennes silvestres. La herbolaria sigue presente en el oriente del estado de México, a través de un intercambio proactivo entre el productor recolector y los adultos mayores, quienes adquieren las plantas locales de temporada y favorecen la conservación de prácticas agrícolas amigables con el ambiente. La herbolaria es una práctica sustentable gracias a los procesos de recolección y producción. Aunque puede estar en riesgo debido a la pérdida del conocimiento intergeneracional; ya que al disminuir la transmisibilidad se arriesga el futuro de la actividad. Otros riesgos detectados son económicos por los precios bajos de las plantas medicinales.
Descripción:
Identificar como los productores y recolectores de plantas medicinales utilizan el concepto de sustentabilidad, muchos de los conocimiento que tienen son transmitidos de generación en generación que se pierden cuando ya no hay interés en los jóvenes por estas prácticas