La abyección como elemento configurador del doble en El huésped de Guadalupe Nettel

Abstract

El trabajo de investigación comienza con la puntualización sobre el género fantástico y sus características. Asimismo, se hace hincapié en el arquetipo del doble, explicando sus características, su manera de aparecer como recurso literario dentro de la novela a través de La Cosa y cómo es que este sujeto comienza es desarrolla como la entidad perversa que se contrapone al actuar de Ana, la protagonista. Posteriormente, el segundo capítulo se centra en la ceguera y los freaks a partir del concepto el otro. Los ciegos son personajes fundamentales en el análisis porque la protagonista los relaciona con su huésped. El análisis recorre sus encuentros con los invidentes en un juego abyecto de atracción repulsión aunado a algunas de las emociones que le producen; también se enfatiza cómo Ana se identifica con cada uno de estos individuos debido a su indefinición. Siguiendo esa línea, en este capítulo aparecen otros seres incompletos a los que se les llama freaks: tuertos, cojos, mancos, tullidos. Cada uno de estos personajes remite a lo mismo: Ana como un ser incompleto que se identifica con los freaks a través de los desperfectos físicos que esos individuos poseen. En el último capítulo aparece la propuesta de la monstruosidad como elemento indispensable de la identidad abyecta de Ana. Ana se ha escondido tras su doble siempre que algún hecho funesto ocurre (muertes, episodios violentos, agresión a otros individuos). Así, se habla de que las muertes de su hermano y de Marisol fueron causadas por ella misma debido a que estos seres habían descubierto ese lado oscuro que la protagonista siempre había intentado ocultar con la existencia de La Cosa. En este capítulo se enfatiza el descubrimiento del lector, y de la protagonista misma, de esa naturaleza oscura de la que Ana es portadora. Asimismo, se puntualiza el proceso de aceptación de ese lado monstruoso y como sólo al final de la novela, La Cosa y Ana se conforman como una misma para establecer el verdadero yo que hasta entonces parecía divido en dos.