Resumen:
En la actualidad, la movilidad en las ciudades es tema que a todos interesa, en virtud de que a diario la población necesita trasladarse a distintos lugares para poder realizar sus actividades cotidianas, sin embargo, problemas como el tránsito excesivo de vehículos particulares, la deficiencia de las rutas de transporte público y la inseguridad viaria, para moverse en bicicleta u otro medio de transporte no motorizado, dificultan la realización de esta actividad. El actual modelo de movilidad que prevalece en las ciudades mexicanas está desconectado entre orígenes y destinos, con grandes recorridos en tiempo y distancia y con una percepción de inseguridad constante; se privilegia el transporte motorizado y la movilidad se caracteriza por ser ineficiente.
Existe una sobreoferta de medios públicos de transporte, corta planificación y mantenimiento de la infraestructura peatonal (Gutiérrez I. A., Consultado en febrero de 2019); aunado a esto, se identificó que la infraestructura ciclista es escasa y deficiente. Según SEDATU (2013) la inversión en movilidad está conformada de la siguiente manera: 77% infraestructura vial –para vehículos automotores–; 11% transporte público; 8,6% espacio público; 3% infraestructura peatonal, y; solo el 0.4% para infraestructura ciclista.
Descripción:
En el contexto de las ciudades mexicanas se podría describir, como lo hace (Quintero, Loredo, & Rodríguez, 2014)1 “Típica ciudad de un país en desarrollo, dónde los intereses políticos y de la minoría están por encima de la previsión y la planeación de una estructura física urbana funcional que mejore la calidad de vida de sus habitantes”, aunque se destina muy poco presupuesto para cuestiones de movilidad ciclista y/o de transporte no motorizado. Una estimación minuciosa de la realidad del transporte y el desarrollo de visiones de movilidad en las ciudades no solo descubrirá una cantidad de otros problemas, sino que también mostrará alternativas para emprender acciones innovadoras.
Algunas fuentes estadísticas, como el INEGI (2018), afirman que de los 5.9 millones de hogares registrados en la CDMX y Zona Metropolitana, el 36% de los que cuentan con vehículos, tienen al menos una bicicleta; el mismo informe detalla que de todos estos posibles usuarios de bicicleta, solo el 2.2% ocupa la bicicleta como medio de transporte, cuya situación se ve reflejada en varias ciudades mexicanas, incluyendo a Toluca, en el Estado de México (Campos, 2019).
En el contexto del Estado de México, el estudio realizado por Huerta (2015) en el municipio de Metepec, identifica las necesidades de movilidad urbana a partir de la estructura urbana en su zona de estudio. Huerta analiza el fenómeno de fragmentación urbana derivado del desarrollo habitacional mediante la figura jurídica del conjunto urbano en el municipio de Metepec, con el fin de identificar las necesidades de movilidad urbana de la población, considerando la infraestructura vial y el servicio de transporte público de pasajeros.
Huerta (2015) identificó las necesidades de movilidad urbana, describió el fenómeno de fragmentación en el municipio, el desarrollo habitacional y el papel de la figura jurídica del conjunto urbano, buscando demostrar las tendencias negativas de la fragmentación urbana, a fin de entender la problemática que deriva la participación del sector privado a través de la promoción inmobiliaria y las necesidades de movilidad urbana que de ella derivan. Se hace referencia a este estudio porque la metodología que utiliza se puede aplicar al presente