Resumen:
A partir de la adopción del modelo neoliberal de crecimiento, llevada a cabo hace treinta años por la mayoría de las economías emergentes, se ha configurado en estas, lo que diversos autores han denominado proceso de financiarización subordinada; y cuyo origen se relaciona con el abrupto desarrollo del sector financiero nacional, al que, desde entonces, se le ha asignado la responsabilidad de detonar un periodo de crecimiento y desarrollo económico sostenido. Para ello, se llevó a cabo una serie de reformas encaminadas a fortalecer el vínculo entre el sector financiero y el productivo, por ejemplo, se promovió un ambiente de competencia al interior del sector bancario, con el objetivo de mejorar las condiciones de acceso al crédito para la mayoría de las empresas mexicanas. Lo anterior debería traducirse en el fortalecimiento del tejido industrial del país, y, por ende, en el mejoramiento de los niveles de crecimiento y desarrollo económico. Por lo tanto, uno de los principales beneficiados de esta lógica económica debería ser el mercado laboral, no solo en términos cuantitativos a corto plazo, sino también cualitativos en el mediano y largo plazo. Sin embargo, una de las características del proceso de financiarización subordinada es la pauperización de la población ocupada del país en cuestión. Así que analizar lo sucedido en el caso de la economía mexicana adquiere gran relevancia si se considera la transición política-económica por la que atraviesa el país. Para ello, se lleva a cabo un análisis estadístico-descriptivo a partir de información oficial, sobre la evolución del mercado laboral mexicano. En cuanto a los resultados obtenidos, cabe señalar, que no se encuentra evidencia contundente que permita sostener que los beneficios esperados en materia laboral hayan sucedido; de hecho, a través del análisis de las variables seleccionadas, es posible identificar una serie de rasgos propios de un proceso de financiarización subordinada, por ejemplo: un notable desarrollo financiero, un escaso y volátil crecimiento económico, la conformación de una banca que prioriza el crédito al consumo sobre el destinado a la producción; así como una paulatina precarización laboral, responsable del sobreendeudamiento de los hogares.