Resumen:
La lectura de Nadie me verá llorar ha motivado esta investigación con la finalidad de tener un acercamiento a su estructura narrativa, por medio de archivos clínicos, registros de pacientes del manicomio «La Castañeda», fragmentos de canciones, cartas y material histórico. Así mismo, invita al lector a tener un acercamiento literario sobre el tratamiento de la locura moral, la marginación femenina y los problemas en los tratamientos psiquiátricos que se dieron durante el Porfiriato, mostrando con esto el fallido concepto de orden y progreso durante la modernización en México.
A través de la reconstrucción histórica y deconstrucción literaria, esta investigación apunta a un hibridismo dentro del proceso narrativo, haciendo uso de archivos clínicos e históricos, convirtiéndolos en mensajeros de voces dolientes que callaron durante el Porfiriato. Cristina Rivera Garza explora la locura moral como un padecimiento mental que no se ajusta a los parámetros de la época, en este caso del personaje principal: Matilda Burgos como parte de los «locos» y marginales que no son parte del progreso social moderno mexicano.