Resumen:
La importancia de los personajes radica en su composición (interioridad y exterioridad), pues son éstos quienes realizan las acciones pertinentes de acuerdo a la situación específica que se les presente. De esta manera, se engloba la cotidianeidad como parte de los actantes que marcan su propio discurso. La aparición de un personaje que transgrede la rutina es el fenómeno que se cumple en “El huésped”, “La celda” y “La señorita Julia”, de Amparo Dávila. Este elemento presume de ser el acontecimiento determinante y necesario para el reacomodo de las normas sociales establecidas, catalogadas en las historias como el análisis sociológico, es decir, la segunda exterioridad. El despertar de las protagonistas origina la presencia del feminismo como cuestionamiento y salida del sistema social detectado: la muerte y la locura como revelaciones silenciosas y únicas salidas que encuentran las actantes.