Resumen:
En el sistema político mexicano, el voto nulo es una figura jurídica en materia electoral que al
ocurrir se documenta a través de una boleta impresa, a la que un participante de un evento
electivo marca mediante trazos no convenidos en las normas electorales o deja sin marcar,
señales que se consideran como causa de anulación del voto pues hacen incierta la asignación
de un sufragio a favor de una alianza, candidato o partido político.
El voto nulo se configura a partir de tres comportamientos de los participantes en un proceso
electoral:
1) El voto nulo es producto de una acción intencionada legítima cuando el votante la ejecuta
con premeditación y decide anular su voto mediante marcas en la boleta electoral que no
permiten distinguir con claridad su preferencia por algún candidato, partido o coalición.
2) El voto nulo es un accidente debido a una acción errónea involuntaria cuando el votante omite
seguir las reglas electorales al momento de tachar la boleta y cuyos trazos generan confusión
para asignarlo a algún candidato, partido o coalición.
3) El voto nulo es un hecho delictivo con el que se viola la ley electoral cuando, sin justificación
normativa, un funcionario de casilla anula una boleta o altera la papeleta con marcas ajenas
a la voluntad original del elector para contabilizarla como nula (en una tradición electoral de
sospecha y suspicacia, son casos en los que puede existir contubernio con los representantes
de partidos ante las casillas).
De estos supuestos se deduce que el voto nulo constituye una consecuencia documentada de
las conductas de actores políticos individuales. Voto nulo que, debido a la institucionalización de
los procesos de elección, se materializa en un documento con implicaciones legales. Voto nulo
que se contabiliza y cuya frecuencia forma parte de los resultados de una jornada electoral
porque se resta de la votación total emitida para dar como resultado la votación válida.
Esta naturaleza fáctica del voto nulo es la que permite situarlo como un objeto de investigación
al que se puede definir, caracterizar, medir y observar en los procesos electivos en
demarcaciones políticas y a lo largo del tiempo. Es decir, el voto nulo no refiere a un fenómeno
abstracto sino a un hecho concreto del que queda registro y a partir del cual se formulan
suposiciones, inferencias e interpretaciones, con el fin buscar explicaciones a su ocurrencia.