Resumen:
La migración, por su complejidad, puede abordarse desde diferentes disciplinas debido a que el efecto que tiene no solo es en la economía, sino que también impacta en los derechos humanos, en la política internacional, en la interacción social entre los lugares a los que llegan y de los que salen los migrantes; la migración impacta a los sujetos —siendo diferencial el impacto según sus características individuales— y a las comunidades de migrantes que advierten cómo sus culturas están atravesadas por las migraciones.
Las personas de todas las partes del mundo llevan consigo una identidad, misma que adquieren y construyen a partir de su entorno cultural en el lugar en el que nacen. Dicha identidad se aprende a partir de las prácticas, actos, costumbres que se realizan en la comunidad. Cuando las personas se convierten en migrantes, mantienen sus identidades; sin embargo, con la interacción con otras formas de vivir, de hablar y de trabajar, las personas migrantes tienen que adaptarse al contexto de llegada, es decir, acoplarse a nuevas formas de vida, costumbres, manifestaciones, prácticas, leyes y disposiciones para la convivencia que la sociedad receptora tiene dispuestas. Esta forma de organización social, en muchas ocasiones es bastante diferente a la que se tiene en su lugar de origen. La anterior adaptación, no significa necesariamente un alejamiento del migrante a la cultura de su lugar de nacimiento, más bien, se adapta y se aprende e incorporan otras formas, una mezcla que le permite interactuar en el lugar donde se encuentra.
El estudio de las migraciones a lo largo de la historia ha sido relevante para conocer los cambios que se han generado en los diversos aspectos de la vida de las personas que deciden desplazarse de su lugar de origen para emprender una estancia en otro territorio.