Resumen:
El psicoanálisis y la literatura siempre han tenido una relación estrecha en la que, en determinadas circunstancias, uno ha recurrido al otro para profundizar en su teoría. Esto, visto desde la psicocrítica permite que se conozcan elementos del texto que van más allá de lo que a simple vista se puede apreciar, y que ahora se vuelve visible gracias a la teoría freudiana que siguió desarrollándose, cambiando y renovándose con el paso de los años.
Amparo Dávila fue una escritora mexicana susceptible de ser estudiada desde la teoría psicoanalítica por el contenido simbólico de su obra. A lo largo de sus cuentos aparecen algunas criaturas y animales desconocidos, cuya naturaleza va más allá de lo que ellos aparentan ser, al tratarse de animales humanizados o de humanos animalizados, pero es una esencia que parte de la percepción propia de los protagonistas y que, a través de un análisis psicoanalítico es posible tener un acercamiento mayor para explicar de otra manera la monstruosidad de los distintos seres que atormentan a los personajes.
Esta investigación consiste en un análisis de “El huésped”, “Alta cocina”, “Moisés y Gaspar”, “La señorita Julia”, “Música concreta”, “El último verano” y “Tiempo destrozado”, desde una perspectiva de bestiario, para explicar la naturaleza de estas bestias como una encarnación de las emociones reprimidas por parte de los personajes.
Se piensa desde la configuración de la atmósfera que crea la autora, convirtiendo la vida de los personajes en un espacio y un lugar más allá de la realidad percibida por el resto y que es de pronto invadida por un ser siniestro.
Se trata de una lectura psicoanalítica en la que los monstruos están construidos de carga psíquica, de todo aquello que los personajes no se atrevieron a enfrentar de manera distinta. Esta investigación permite acercarse a las criaturas de Dávila desde una perspectiva más aterradora, pues ahora están conformados por los miedos más humanos.