Resumen:
Para las mujeres, tener un ingreso económico significa contar con un factor que potencia su autonomía. El acceso o no a recursos sobre los que se pueda decidir, es precisamente uno de los rubros donde la desigualdad de género resulta más notoria, porque se trata no solo de la capacidad de generar y de disponer de ingresos, activos o bienes de consumo, también refiere a la condición de género en la que se encuentran las mujeres, en tal sentido es muy importante poner atención en las situaciones que estarían limitando el acceso de las mujeres a la actividad económica porque esos obstáculos restringen también su derecho como ciudadana, su bienestar como persona y su desarrollo. Hablar de autonomía económica de las mujeres es hablar de sus derechos, pero también el de las familias y las comunidades de las que ellas forman parte y en gran medida sostienen.
En este proyecto se presenta en un primer encuadre un marco conceptual que nos explica los temas vinculantes: el género como categoría social, que nos permite explicar las desigualdades en las relaciones entre hombres y mujeres, su condición y posición, la violencia económica que enfrentan; los retos y obstáculos al asumir una jefatura de hogar femenina; el empoderamiento de las mujeres como el proceso mediante el cual se transforma su vida, pasando de una situación en la que su poder es limitado a causa de las barreras de género, a otra, en la que tienen la misma autonomía que los hombres. El empoderamiento económico de las mujeres se da de manera real y efectiva cuando éstas pueden ejercer su derecho a controlar y beneficiarse de los recursos, bienes e ingresos, así como a disponer de su propio tiempo; cuando tienen la capacidad de gestionar los riesgos y de mejorar su situación económica y su bienestar.