Resumen:
En la víspera de que las ciudades latinoamericanas inicien el periodo post-pandémico, la resiliencia muestra dos orientaciones conceptuales: capacitar al individuo para adaptarse y recuperar la competitividad sistémica en la nueva normalidad. En ambas consignas, la dimensión estratégica urbana y sus gobiernos serían por demás apropiados, necesariamente, a partir de la síntesis y posibilidad de regresión contingente de las actividades que se distinguieron empíricamente durante las contingencias sanitarias. Estas actividades son tres: la Estrategia de Comunicación Urbana, las Decisiones basadas en Información Geográfica y los Servicios y Programas Territoriales. Así, este texto parte de la interrogante: ¿Qué factibilidad organizacional y de transición de servicios tienen estas actividades en el quehacer estratégico de los gobiernos que concurren en las ciudades?
La Estrategia de Comunicación Urbana se refiere a la producción y difusión de propaganda política y, principalmente, a sus efectos en función de distintas consideraciones, medios y barreras. Su factibilidad organizacional y la transición de los servicios relativos son nulos al persistir en todos los niveles de gobiernos el modelo de comunicación social, cuyo énfasis es la promoción político-electoral. En el contexto gubernamental mexicano, sólo algunos organismos descentralizados nacionales muestran buenas prácticas en materia de comunicación estratégica, aunque no la aplican a la resiliencia de las ciudades.
Las Decisiones basadas en Información Geográfica se refieren a la forma en que las organizaciones alcanzan juicios colectivos mediante la elección y tratamiento de datos territoriales. La buena práctica única es la experiencia del Gobierno de la Ciudad de México, al demostrarse una incipiente aplicación de métodos cuantitativo y cualitativos que permite un análisis básico, además de proyectar la incidencia estratégica en determinadas intensidades socio-económicas. Queda pendiente difundir horizontalmente el modelo virtuoso hacia las 31 unidades sub-nacionales restantes.
Los Servicios y Programas Territoriales son infraestructuras públicas y subsidios que, según su aplicación a unidades económicas o grupos vulnerables, formaron parte de las políticas distributivas o redistributivas. Los recortes de ayuda federal y las preferencias estratégicas del gobierno nacional mexicano han tenido efectos diferidos en el desempeño estratégico de los gobiernos locales y sub-nacionales. Para los primeros, la escasez financiera ha ahondado el rezago de los servicios públicos. Como prácticas ejemplares, 13 de 32 gobiernos sub-nacionales han hecho factible el equilibrio entre políticas distributivas y redistributivas, por lo que la transición en la materia se ve cercana.
En general, la resiliencia de las ciudades mexicanas proyecta la operación de programas sin que, en la mayoría de los casos, alcancen a articularse como políticas públicas.