Resumen:
La arquitectura nace para satisfacer necesidades humanas utilitarias, pero también como una forma de reflejar su cultura. Emerge del hombre y subyace en él, constituyéndose de manera lógica en un fenómeno antrópico. En la arquitectura contemporánea es posible apreciar dos vertientes arquitectónicas, por un lado, la arquitectura supermoderna acoplada a una estilística mundial para la cual la característica antrópica de la arquitectura se está perdiendo, debido a que su relación con el lugar se omite, privilegiando la imagen y generando un diseño an-antrópico. En contraparte, en la arquitectura emergente algunos arquitectos y colectivos desarrollan proyectos que involucran a las personas que viven en condiciones de precariedad, utilizando mecanismos sencillos como la organización y el diálogo con la comunidad, conformando una identidad con el tejido urbano. El objetivo de este trabajo es, por ello, analizar las condiciones por las cuales emergen cada uno de los paradigmas: la arquitectura supermoderna como discurso internacional y la arquitectura emergente, así como la manera en que ambos se diluyen en las manifestaciones arquitectónicas actuales. Impulsar la arquitectura centrada en el hombre es de gran importancia, ya sea promoviendo la realización de proyectos interdisciplinarios con beneficio social, así como analizando las propuestas arquitectónicas que no pertenecen a la pasarela de la estética citadina, para, así, abanderar una arquitectura que nos permita el reencuentro con un fenómeno antrópico. El resultado del análisis muestra que la arquitectura, más allá de cumplir con una función estética, ha de comprometerse a satisfacer todos los ámbitos que la población presenta.