Resumen:
Las herramientas y los medios vinculados con las nuevas tecnologías y los discursos con fines sociales que son expuestos en la web, son consultados, compartidos, modificados y transformados; activismo, activismo, ciberactivismo entre otras, son palabras clave que están en la mira del debate. Cada día es posible visualizar la apuesta a estos espacios por parte de Organizaciones No Gubernamentales y Asociaciones Civiles, muchas de ellas derivadas de sucesos y movimientos sociales; en este contexto en México y de acuerdo al INEGI62: “El 88.1% cuenta con al menos un celular de los llamados teléfonos inteligentes o Smartphone. Entre la población que dispone de este tipo de celular, el 94.7% usa la funcionalidad de conexión a la red.” (INEGI, 2019: 1); así la ENDUTIH precisa que en 2019, 80.6 millones de las personas de seis años o más en el país, hacen uso de Internet; lo cual representa un 70.1% de la población y representa un avance de 4.3% respecto al 2018. Lo anterior, refleja la importancia de estos medios para persuadir a los usuarios a sumarse a causas sociales; sin embargo, también es necesario reflexionar más allá respecto a la eficacia comunicativa a partir de una plataforma virtual, es decir; el colocar la defensa de una causa en estos medios puede resultar atractiva y convincente, generar expectativas y una gran cantidad de seguidores, sin embargo; ante este contexto subyace la pregunta respecto a si ¿esta eficacia se ve reflejada en acciones concretas de participación ciudadana que propicien un posible cambio social?; esta pregunta fue el detonante para generar este antecedente de una investigación en curso sobre la eficacia del ciberespacio para la participación ciudadana y el cambio social.