Resumen:
La pandemia por COVID-19 y, consecuentemente, las medidas tomadas para disminuir su propagación han alterado la vida y condición de los hogares con niñas, niños y adolescentes con discapacidad, generando cambios en los hábitos y rutinas de las personas.
Los niños y adolescentes con discapacidad constituyen una población vulnerable por las patologías de base que presentan y las barreras que enfrentan en la sociedad. No obstante la pandemia, ellos seguirán necesitando el tratamiento de rehabilitación, inclusión educativa y participación social, por lo que el cese o la reducción de todo esto aumenta el riesgo de que haya consecuencias en las principales esferas de la vida.