Resumen:
La problemática del agua potable ha sido un tema crucial que debe ser atendido
por las autoridades en conjunto con la sociedad, puesto que se ven afectados los
intereses sociales, políticos y ambientales.
El otorgarle autonomía plena al órgano encargado de administrar el sistema
hidráulico de la Ciudad de México, permitirá un manejo eficaz de los recursos que
le son encomendados. Aunado a ello, si se respalda la descentralización mediante
la Gestión Integral de los Recursos Hídricos (GIRH) coadyuvará a la efectividad en
su gestión técnica y financiera.
En el Distrito Federal, el sistema de agua potable, drenaje, alcantarillado y
disposición de aguas residuales está a cargo del órgano desconcentrado
denominado, Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), el cual, se
encuentra sectorizado a la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal,
además de estar sujeto a la Tesorería para el cobro de tarifas y de la Secretaría
de Obras Públicas para la construcción de obra hidráulica. Estas tarifas por el
cobro del suministro de agua potable, son autorizadas por la Asamblea Legislativa
del Distrito Federal (ALDF) a propuesta del Jefe de Gobierno.
El SACM, encargado de la distribución de agua potable, cuenta con un sistema
hídrico de 50 años de antigüedad, fugas de enorme magnitud y tuberías dañadas,
lo cual, da como resultado un desperdicio de agua potable que representa 40%
de ésta. En la Ciudad de México, se han provocado daños al medio ambiente,
puesto que al no haber agua ya en los mantos acuíferos de esa ciudad, ha sido
necesario extraerla fuera de su territorio, afectando fuertemente a los ecosistemas.
La infraestructura hidráulica existente dentro de la Ciudad de México se encuentra
deteriorada, sin embargo, el presupuesto asignado al SACM, esta etiquetado,
impidiéndole invertir en las necesidades prioritarias de la sociedad.