Resumen:
En el año de 1979, el filósofo francés Michael Foucault, dictaba en el
Collège de France el curso denominado “Naissance de la biopolitique” (El
nacimiento de la biopolítica), al inicio de cual sentenciaba:
“En vez de partir de universales, para deducir de ellos unos fenómenos
concretos, o en lugar de partir de universales como una grilla de
inteligibilidad obligatoria para una serie de prácticas concretas, me gustaría
comenzar por estos últimos y, de alguna manera, pasar los universales por
la grilla de esas prácticas”.
La dimensión “Biopolítica” presta atención a las prácticas concretas de control de
los procesos biológicos de la vida desde el ángulo en el que ésta es intervenida
por los campos del saber especializados –como el de la medicina– y por el poder
Estatal; circunscribe, a su vez, a la estatalización de los procesos biológicos de la
población — el nacimiento, la mortalidad, la salud o la duración de la vida—, y
tiene por objeto y objetivo el cuerpo viviente, como soporte de los mismos
(Foucault,1979: 183).
La atención y el análisis de los planteamientos teóricos de la Biopolítica, pretende
dar soporte al presente trabajo de investigación, pues a través de esta “técnica de
gobierno de las poblaciones” retomaremos la novedad intelectual de su lente para permitirnos apreciar el tema de la Descentralización de los Servicios de Salud a
nivel municipal.
El problema mayor que la modernidad planteó a las tecnologías del gobierno ha
sido la acumulación de individuos (Castro, 2004). Michel Foucault, quien impulso
el citado concepto, intentó pensar cómo la biopolítica buscaba favorecer la
emergencia de un tipo deseado de población a contra luz y mediante la exclusión
violenta de su otredad, de modo tal que pudo concluir, entre otras cosas, que la
biopolítica declara como enemigos de la sociedad a todos aquellos, que no se
ajustan a la norma poblacional deseada.