Resumen:
Las cárceles en México se caracterizan por permanentes violaciones a los derechos
humanos, impunidad, autogobierno, corrupción, violencia y adicciones. El Centro
de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa (2013, pág. 40) señala que muchas
cárceles en México son gobernadas por grupos de internos que luchan por el
control de las mismas. Tan solo en 2010, se estima que la violencia en las cárceles
dejó un saldo de 400 internos muertos a causa de riñas (University of Pittsburgh,
2014, pág. s/p).
En teoría, con la privación de la libertad se busca que quienes han cometido
determinados delitos desarrollen las habilidades necesarias para una adecuada
reinserción social, es decir, mitigar los factores motivacionales de la comisión
delictiva y así evitar la reincidencia, pero el uso excesivo de la cárcel y una
intervención ineficiente han provocado que los centros penitenciarios se conviertan
en escuelas del crimen.