Resumen:
El presente libro representa un posible camino hacia la definición de la comunidad originaria en México. A través de un experimento metodológico en el que se combinan el rigor científico y el trabajo creativo de la subjetividad, emerge el concepto de comunidad indígena mexicana, gracias a la unión de cinco fuentes de saber: los testimonios vivenciales de treinta comuneros procedentes de veintiún comunidades diferentes, enmarcadas en diez pueblos originarios mexicanos (tzotzil, maya lacandón, nahua, otomí, mazahua, amuzgo, mixe, zapoteco, purépecha y huichol); la antropología cultural como la disciplina orientada al estudio del “otro” cultural; la territorialidad que aporta una explicación híbrida al mezclar los rasgos naturales y humanos con la apropiación del territorio; la comunalidad o la construcción teórica indígena formulada desde la epistemología propia; y la impronta de la autora del libro sobre el texto redactado.