Resumen:
La definición de trabajo o empleo informal de acuerdo con Neffa (2008) establece que tiene sus
antecedentes en las aportaciones de Lewis (1954) cuando analizó las economías en vías de desarrollo
e identificó dos sectores. El tradicional, relacionado con las actividades primarias y, el moderno
con las actividades de la transformación y servicios característicos de las ciudades. El exceso de
oferta laboral en las zonas rurales (desempleada o subempleada) originaba las migraciones hacia las
ciudades. Esta fuerza de trabajo inmigrante aceptaba trabajos informales para poder subsistir. Aunque
la informalidad se observaba, principalmente, en economías en desarrollo, también se encontraba
en países desarrollados, por ejemplo, en 2016, Australia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia
presentaban niveles de empleo informal menores a 20.0% del total de su población ocupada. En
contraste, economías como: Mauritania, Nigeria, Somalia, Etiopía o Afganistán eran de 90.0%
(OIT, 2018). Es importante señalar que la mayoría de las personas que trabajan en condiciones de
informalidad no lo hacen por elección, sino por la necesidad de encontrar una fuente de ingreso que
resulta irregular y más baja en comparación con los empleos formales (OIT, 2017).