Resumen:
La política turística en México ha implementado diversas estrategias para posicionar a la actividad como eje de desarrollo en zonas rurales. El nombramiento de Pueblos Mágicos (PPM) se otorga a aquellas localidades rurales o semiurbanas que cuentan con potencial cultural y natural para el desarrollo del turismo, con la finalidad de impulsar la diversificación del sector. Para su operación, es necesario incluir a los actores locales en el proceso de gestión, mediante la integración del Comité Ciudadano de Pueblos Mágicos (CCPM), que pretende favorecer el reconocimiento de las necesidades locales y ser mediador con las autoridades municipales y prestadores de servicios turísticos. Sin embargo, en el proceso de incorporación y participación en el programa, se generan distintos conflictos por los disímiles intereses y objetivos de los actores, que son ocasionados por la propia dinámica del programa y la participación social.
La investigación toma como lugar de estudio el Pueblo Mágico de Zacatlán, ubicado en el estado de Puebla, con el objetivo de analizar la organización social que se ha construido a partir de su incorporación al programa, considerando las relaciones, intervenciones, conflictos, negociaciones y poder, así como su incidencia en la sustentabilidad del destino.
El trabajo se desarrolló a partir del enfoque orientado al actor propuesto por Long (2007) desde un enfoque cualitativo. Se llevó a cabo la aplicación de entrevistas semiestructuradas dirigidas a población local, integrantes del CCPM, autoridades municipales y prestadores de servicios turísticos, para conocer los diferentes vínculos que se han generado entre estos actores sociales. Los resultados muestran que, si bien la organización social se ha ido formalizando a través del tiempo, posibilitando el trabajo conjunto para la de la actividad, persisten importantes retos ambientales, sociales, económicos y políticos que se deberán atender para impulsar la sustentabilidad del destino.