Resumen:
El hecho de que las simples bacterias intestinales puedan influir en órganos complejos y distantes, como el cerebro, ha supuesto un cambio radical en la neurociencia y la biomedicina. Se ha mostrado que las bacterias intestinales generan cambios en el estado de ánimo y el comportamiento, incluyendo depresión, ansiedad y trastornos alimentarios. A continuación, explicaremos el porqué.