Resumen:
El presente trabajo nace de la inquietud personal por orientar un esfuerzo de la filosofía para tratar de responder a la crítica más común que entre el resto de las personas ajenas a esta, comúnmente le cuestiona a aquel que como yo ha decidido estudiar esta carrera, ¿para qué sirve la filosofía en la cotidianidad?, ¿puede verdaderamente ayudar a resolver los problemas de nuestra actualidad?
Si bien, para la perspectiva del adepto a la filosofía esta pregunta independientemente de tocar fibras sensibles, es obvio que ya ha sido resuelta a favor; o lo fue para sustentar la decisión de por qué hacer de la filosofía nuestra vocación y nuestro interés. Sin embargo, hay un error que parece estar predestinado para que quienes estudiamos filosofía lo cometamos con demasiada frecuencia, y ese es el ensimismamiento. Ya que, paulatinamente al irnos introduciendo más y más a este estudio; uno solo se va enfocando en las inquietudes personales, en resolver interrogantes y problemas tan íntimos, que me atrevo a decir que cuando la filosofía es abordada de esta manera, resulta ser un elemento altamente aislante para aquella persona que practica una filosofía solamente para su satisfacción; razón por la que estoy convencido de que si uno no llega a ralentizar que la filosofía así como puede generar reflexiones y soluciones para problemas del orden y la convivencia social, esta también puede provocar que un sujeto deseche la necesidad de pertenecer al tejido social. Se puede ir de poco a poco volviéndose en un ser un incomprendido, que hable de cosas a las cuales solo él les halle el sentido.
Descripción:
El presente trabajo nace de la inquietud personal por orientar un esfuerzo de la filosofía para tratar de responder a la crítica más común que entre el resto de las personas ajenas a esta, comúnmente le cuestiona a aquel que como yo ha decidido estudiar esta carrera, ¿para qué sirve la filosofía en la cotidianidad?, ¿puede verdaderamente ayudar a resolver los problemas de nuestra actualidad?