Resumen:
Esta investigación es una experimentación teórico-estética (en torno a la animalidad, el animal en el arte y el pensamiento de Gilles Deleuze, principalmente); es decir, no sólo es el resultado del investigar lo que cuenta, “la tesis”, sino es además el proceso (el aprender) y la experimentación que se llevó a cabo en un cierto tiempo y espacio, para lograr un determinado objetivo. En un principio, este trabajo tuvo como motivo la poesía (la ”Octava elegía de Duino”, de Rilke) como un arma para la creación teórica. Posteriormente, se abordó el concepto de mirada en la obra de Deleuze, el cual él nunca menciona, salvo alguna vez de forma indirecta. En este sentido, se delimitó una “mirada deleuziana”, realizada a través de una forma de denegación. El devenir de la mirada en signo en Deleuze, es el devenir animal de la mirada. La mirada-animal es una palabra valija, con múltiples sentidos. Por ejemplo, con Derrida, su gata lo mira y le hace preguntarse sobre sí mismo, por su vergüenza, por su desnudez frente a la no desnudez del animal. En Deleuze, la mirada está aparentemente menos presente, pero puede llegarse a ella viéndola como signo. La mirada animal nos recuerda que el animal es un objeto creado por la imagen dogmática del pensamiento, que lo ha desposeído de dignidad y relevancia, para poder seccionarlo y dominarlo. La filosofía no ha sido inocente en esta fabricación de la imagen dogmática del animal, que ha construido un abismo ontológico entre el animal y el hombre, para plantear la excepción y la superioridad de este último. En esta tesis se indaga sobre tal imagen dogmática, sobre sus argumentos, y también sobre la posibilidad de ir más allá de ellos: ¿cómo pensar al animal más allá de tal dogmatismo?, ¿cómo rescatar una mirada animal que verdaderamente nos
increpe e interpele?, ¿cómo escapar del antropocentrismo y de la lógica de la
excepción que ha condenado al animal a la invisibilidad y a la muerte? El arte
parece ser una de las respuestas a tales interrogantes. Quizá el arte nos puede
enseñar que la respuesta no está en el animal en sí mismo, sino en un devenir
animal que desdibuje los dos polos que creemos bien definidos: el animal y el
hombre.