Resumen:
La pandemia de COVID-19 ha trastocado todos los ámbitos de la vida en el mundo, México no es la excepción, se observan afectaciones en los sectores productivos, tal es el caso de la floricultura mexicana, que registra fluctuaciones importantes en diferentes niveles desde el ámbito local hasta el internacional. En la actividad florícola se siguieron medidas sanitarias como en el resto de los sectores productivos, es decir, durante la primera ola de pandemia, primer semestre de 2020, la mayoría de las actividades económicas se suspendieron, en consecuencia, se redujo la producción y la oferta, simultáneamente hubo menor demanda por el confinamiento de la población. Para 2021, se reactivó parcialmente la producción, pero la demanda nacional no se reestableció. Hasta 2022 se observó una situación de mercado cercana a la etapa prepandemia en el rubro de volúmenes de intercambio, sin embargo, con precios altos.
De acuerdo con Forbes (2022), para los floricultores “la pandemia de COVID-19 representó una tormenta que heló la venta de flores y plantas a causa del cierre de los mercados y el confinamiento el cual provocó la cancelación de eventos… disminuyendo las ventas”. El objetivo del artículo es exponer la situación de la floricultura nacional y del Estado de México en los períodos previo y durante la pandemia de COVID-19, con información de comercio internacional, así como de producción y precios en el corredor florícola mexiquense que comprende los municipios de Villa Guerrero, Tenancingo y Coatepec de Harinas.