Resumen:
La depresión en adultos mayores es una enfermedad frecuente que causa un gran
impacto en su salud y en su funcionalidad. Al envejecimiento cerebral normal se une el
impacto neurobiológico de la depresión lo que influye tanto en la prolongación del estado
depresivo como en la posible respuesta al tratamiento farmacológico, además la
depresión empeora la salud física de estos pacientes y las dificultades del funcionamiento
psicosocial ya presentes por el propio envejecimiento. La elevada incidencia de la
enfermedad depresiva en el adulto destaca la necesidad del diagnóstico oportuno, así
como una intervención precoz y efectiva a fin de evitar complicaciones tales como el
suicidio.
Diversos estudios que han demostrado el efecto benéfico del consumo de suplementos
con AGPI poliinsaturados en pacientes con depresión, y otros tantos demuestran que
concentraciones fisiológicas de ciertos ácidos grasos pueden mejorar la función neuronal
y por lo tanto modificar la evolución de síntomas depresivos (24).
Existe evidencia suficiente que indica que las poblaciones con alto consumo de AGPI n-3
y con una adecuad proporción de n-3 y n-6 presentan una menor incidencia de depresión
y en caso de presentarla es de menor severidad, sin embargo en nuestro país no existen
estudios que asocien el consumo de ácidos grasos con depresión y mucho menos en una
población tan vulnerable como la que constituyen las personas mayores de 65 años.