Resumen:
El primer director, el ingeniero Carlos González Flores, en su gestión de 1956 a 1962 superó serias dificultades para completar la planta académica, para lo cual recurrió a convenios con la Universidad Nacional Autónoma de México, así como a la Secretaría de Marina y la Secretaría de Recursos Hidráulicos. De esta manera la mayoría de los cursos de ingeniería aplicada quedaron en manos de profesores de muy alto prestigio que ayudaron a la consolidación de la Facultad a pesar de tener dificultades de horarios y algunas ausencias por tener que atender sus labores profesionales en sus dependencias de origen.
El segundo director, el ingeniero Antonio Yurrieta Valdés, en su gestión de 1962 a 1968 consolidó la planta de profesores bajo el mismo esquema gestionando el pago de viáticos y compensaciones para los maestros foráneos. De esta manera logró, entre otros aciertos, que se titularan los primeros egresados como Ingenieros Civiles.
Fue en el siguiente periodo administrativo de la Facultad que motivado por los criterios seguidos con anterioridad y posiblemente por no haberles dado la debida formalidad, se presentó la crisis que puso en riesgo su continuación. Sería el año de 1970. Grave crisis que finalmente daría lugar a que la Facultad quedara en manos de sus egresados, lo que permitió no sólo su permanencia sino su superación y brillante desarrollo que ha sido continuo hasta ahora.
En este escrito se recrea ese episodio de una manera lúdica y teatral, con el apoyo de estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería Civil, como parte de las actividades como cronista y con el propósito de que los estudiantes conozcan, de manera participativa, este episodio crítico y determinante de su institución; de esta manera abonar a la identidad universitaria.