Resumen:
Este capítulo tiene como objetivo reunir la reflexión de las funciones de la ciencia y la tecnología con los de las políticas públicas a partir de una perspectiva conceptual y metodológica de la acción pública y del estudio del fenómeno científico-tecnológico.
En el libro La reconstrucción del Materialismo histórico, Habermas (1992) desarrolló la noción de la “doble función de la ciencia y la tecnología en las sociedades contemporáneas”; misma que plantea un aparato analítico pertinente abordar para el tema de la simultaneidad de la elaboración de problemas públicos y dispositivos de investigación científico-tecnológica para la soberanía nacional.
Según Habermas, el progreso científico-técnico consiste en servir de motor de las fuerzas productivas, pero simultáneamente de fuerza ideológica. La primera función justificaría la orientación de la política gubernamental hacia la innovación; en tanto que la segunda, orientaría las políticas gubernamentales hacia “la exigencia de vincular el desarrollo y la valorización de las fuerzas productivas a procesos democráticos de decisión” (Habermas, 1992:49). Hay que considerar estos dos servicios provenientes de la ciencia y la tecnología, señaladas por Habermas, corresponden para los países europeos post-industrializados de los años 1990. Pese a lo anterior, el impacto político de organizaciones mundiales como la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo y, de impacto económico como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han influido a los países de casi todo el mundo para seguir los modelos de los llamados países desarrollados. Estas circunstancias hacen que el contenido de las nociones habermasianas proporcione elementos analíticos para elaborar propuestas de políticas públicas de ciencia y tecnología desde una perspectiva que vincula funciones sociales e ideológicas de los asuntos públicos y del conocimiento científico y técnico.