Resumen:
El ejercicio internacional de los Estados Nación ha sido regulado desde hace más de 70 años por la Organización de Naciones Unidas1 siendo este un organismo que dicta las bases y directrices para el actuar internacional teniendo al ser humano como objetivo central y el mantenimiento de la paz como objetivo general.
En los últimos 20 años la ONU ha impulsado una agenda que tiene fundamentalmente al centro la sustentabilidad, específicamente en temas medioambientales y de recursos naturales, pero haciendo hincapié constante en la importancia de su afectación directa a los seres humanos.
Estas dos variables, en un mundo utópico, tendrían como resultado un sistema internacional estabilizado, integrado de países con una agenda nacional sustentable enfocada en la garantía de la seguridad, recursos naturales y calidad de vida para las y los ciudadanos.
México se puede estudiar como Estado Nación desde dos aristas diferentes, desde lo internacional, como actor internacional, que es como se estudiará y ahondará en el tema a lo largo de la investigación, y desde el interior, como una República Federal que goza de autonomía internacional con sus propios asuntos y problemas.
Al estudiar a México desde el interior, muchos problemas surgen a primera vista para el estudio desde las ciencias sociales: la impunidad a nivel nacional, sin importar el partido gobernante; la violencia sistémica contra las mujeres y las comunidades indígenas; el profundo descontento de la sociedad en general en el permanente intento para generar condiciones dignas de vivienda y el continuo saqueo de los recursos naturales a lo largo y ancho del país.
Cuando se aleja la mirada, para hacer un análisis internacional del país como actor en un mundo globalizado, si bien las problemáticas antes mencionadas siguen existiendo, también se suman muchas que están fundamentadas en la falta de acción por parte de los gobiernos mexicanos a la serie de acuerdos, tratados y convenciones a las que se ha suscrito a lo largo de los años.