Resumen:
El agua es un recurso vital para el desarrollo de todos los sectores productivos a nivel mundial, con el paso de los años se ha presentado una considerable reducción en la disponibilidad de agua para uso humano, generada por diversos factores relacionados principalmente con actividades antropogénicas. Uno de los objetivos mundiales prioritarios es garantizar la sanidad y calidad del agua, es decir, brindar acceso al recurso hídrico libre de cualquier contaminante que pueda ser perjudicial para la salud por medio del establecimiento de parámetros regulatorios. Sin embargo, la investigación científica y tecnológica ha llevado a identificar sustancias que requieren de especial atención, pues se ha observado, que su presencia en el agua causa efectos nocivos a la salud y al ecosistema; estos son los llamados contaminantes emergentes. Los contaminantes emergentes pueden ser sustancia de distinto origen y naturaleza química y cuya característica principal es su permanencia en el ambiente. Los principales efectos nocivos de estas sustancias se han identificado a través de investigación realizada durante las últimas décadas y es por esta razón que surge la necesidad de generar guías o regulaciones que permitan integrar a la normatividad actual los nuevos hallazgos, con la finalidad de reducir riesgos y daños a la salud y al ecosistema. Actualmente se tiene una gran cantidad de información sobre la caracterización y los efectos nocivos que presentan estos contaminantes emergentes, tanto en flora y fauna acuática como en seres humanos; pero la regulación no cubre la totalidad de los aspectos a considerar para garantizar la calidad del agua. De todo lo anterior surge la necesidad de diseñar procesos sistematizados que permitan controlar la generación, tratamiento y/o remoción de contaminantes emergentes, según se requiera. Esto apoyará y podrá usarse como complemento de los programas de salud y leyes enfocadas en el mejoramiento de la salud pública.