Resumen:
Según muchos estudios revisados los pacientes con enfermedad renal crónica en
tratamiento de hemodiálisis están en la búsqueda personal de propósito y
significado en la vida, pudiendo encontrar una forma de bienestar psicológico al
tener una vida familiar y de pareja funcionales ya que esto mejora el estado de
salud y la calidad de vida percibido por el mismo paciente. El grado de bienestar
psicológico de estos pacientes es relativamente bajo. La expectativa de vida de
estos pacientes es muy corta en comparación con la de la población general, por
lo que sugiero en este estudio que considerar y evaluar el grado de funcionalidad
de pareja en los pacientes en hemodiálisis puede ser de utilidad para la práctica
clínica para un mejor apego al tratamiento médico y una mortalidad más tardía.
Debemos considerar que la pareja es la base de la familia y que si consideramos a
la pareja como base de un sistema, la afección de la base del sistema afecta a las
demás partes.
Actualmente, México no cuenta con un registro nacional de enfermos renales
crónicos y menos de su funcionalidad conyugal, pero si aplicamos el porcentaje
promedio de habitantes enfermos en otros países (que equivale al 0.1% de la
población), podemos estimar que hay más de 102 000 enfermos renales crónicos
en el país, de los cuales sólo 37 000 cuentan con algún tratamiento sustitutivo de
manera continua. El 80% de estos enfermos son atendidos por el IMSS, sin
embargo, este porcentaje tiene un crecimiento anual de 11%, lo que representa
una demanda deservicios de hemodiálisis claramente elevada, 2 de cada 10
pacientes con enfermedad renal crónica en estadio 5 tienen tratamiento sustitutivo
de la función renal con hemodiálisis.En el poniente del estado de México se
atienden a 535 pacientes en tratamiento con hemodiálisis, de los cuales 196
corresponden a la zona de Toluca. Se calcula que más de 71,000 pacientes
recibirán tratamiento sustitutivo con diálisis o hemodiálisis en el 2012. La
insuficiencia renal, es una enfermedad silenciosa que representa la tercera causa
de muerte hospitalaria entre la población mexicana, y se le considera un problema
de salud pública en nuestro país que trae consigo altos costos económicos, no
sólo por la necesidad de la hemodiálisis sino por la baja laboral permanente de la
mayoría de los pacientes y del incumplimiento de las funciones dentro del
subsistema conyugal.